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PRSA
Estudié toda la EGB y el BUP en Arcas Reales en Valladolid y son aquellos tiempos la mejor época de mi vida, sin lugar a dudas.
Conservo amigos de este tiempo (¡de hecho, sólo un puñado de ellos son los amigos de mi vida!) y ahora repito a mis hijos pasajes singulares de mis aventuras allí que me vienen, cuando ellos mismos me cuentan sus propios descubrimientos.
Recuerdo emoción e inspiración.
Quizá estos momentos de felicidad estén relacionados con la fase misma de la infancia y lo estimulante del descubrir poco a poco el mundo a medida que vas creciendo (por pequeño que el universo de provincias pudiera ser). Y aunque dijera hoy lo mismo de haber estudiado en otro lugar, creo que fue un privilegio y una suerte estar allí.
La Señorita Pilar, Don Paco, Don Anastasio, El Padre Buena, El Padre Pablo, El Padre Felipe, El Padre Teodoro, El Padre Saavedra... Todos ellos me dejaron profunda huella.
La Selva y sus lilas, la enfermería como escape, el teatro y su magia, los campos de fútbol DE TIERRA, la piscina (y su momento limpieza), las duchas (para valientes), las mesas de ping-pong, las pistas para correr los 1000 metros, los campos de maiz, la vaquería, el pinar... Qué gozada de espacio!!!
En fin, parte esencial de mi vida.
Estudié toda la EGB y el BUP en Arcas Reales en Valladolid y son aquellos tiempos la mejor época de mi vida, sin lugar a dudas.
Conservo amigos de este tiempo (¡de hecho, sólo un puñado de ellos son los amigos de mi vida!) y ahora repito a mis hijos pasajes singulares de mis aventuras allí que me vienen, cuando ellos mismos me cuentan sus propios descubrimientos.
Recuerdo emoción e inspiración.
Quizá estos momentos de felicidad estén relacionados con la fase misma de la infancia y lo estimulante del descubrir poco a poco el mundo a medida que vas creciendo (por pequeño que el universo de provincias pudiera ser). Y aunque dijera hoy lo mismo de haber estudiado en otro lugar, creo que fue un privilegio y una suerte estar allí.
La Señorita Pilar, Don Paco, Don Anastasio, El Padre Buena, El Padre Pablo, El Padre Felipe, El Padre Teodoro, El Padre Saavedra... Todos ellos me dejaron profunda huella.
La Selva y sus lilas, la enfermería como escape, el teatro y su magia, los campos de fútbol DE TIERRA, la piscina (y su momento limpieza), las duchas (para valientes), las mesas de ping-pong, las pistas para correr los 1000 metros, los campos de maiz, la vaquería, el pinar... Qué gozada de espacio!!!
En fin, parte esencial de mi vida.
